¿Jesús vivió y murió en Cachemira o existieron realmente dos Jesús?
Las sagradas escrituras que sustentan las bases del credo judeo-cristiano hablan de que el Cristo resucitó, ascendió a los cielos y vendrá algún día en el Juicio final, a juzgar a vivos y muertos. Pero entonces, ¿por qué otras personas suponen que los restos humanos de Jesús yacen cerca de los de María y Moisés en Cachemira, frontera entre India y Pakistán?
Tradicionalmente se conoce que Jesús fue sepultado después de la crucifixión en el huerto de José de Arimatea, en Jerusalén. Posteriormente el emperador Publio Elio Adriano construyó un templo dedicado a Venus en el mismo sitio para borrar la memoria del acontecimiento.
Después de muchas destrucciones y reconstrucciones en este lugar se encuentra erigida la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén. El templo actual se consagró en 1149 y sigue siendo uno de los principales santuarios de la cristiandad.
Cachemira es una antigua región cuyo nombre proviene, de los khasi, un pueblo que habitó las montañas del norte varios siglos antes de la era cristiana. La zona fue originariamente un centro hindú; el budismo se introdujo alrededor del año 245 antes de Cristo. Se afirma que ahí la habitaron un pequeño grupo de nómadas israelitas. Por tal razón algunos estudiosos creen que los restos de Moisés, también yacen en este lugar.
¿Por qué su tumba se venera en Srinagar?
En el controversial libro de “Jesús vivió y murió en Cachemira”, su autor el ufólogo Andreas Faber-Kaiser, exdirector de la revista “Mundo desconocido”, expone la posibilidad de que Jesús no muriera en la Cruz, sino que una vez curado de las heridas de la crucifixión, emprendiera su “huida a Cachemira, en busca de las tribus perdidas de Israel”.
Faber-Kaiser comenta que en este sitio alejado fallece a una edad avanzada. Hoy su tumba se venera en Srinagar, capital de Cachemira. Por otra parte, en Pakistán y a escasos kilómetros de la frontera, algunos creen que la tumba de María, madre de Jesús, también se encuentra cerca del lugar del “Santo Sepulcro de Cachemira”.
Pero esto no es todo: Sorprendentemente se afirma que una reducida comunidad judía aislada en la montaña de Cachemira, además de resguardar las tumbas de Jesús y María, viene custodiando desde hace 3500 años, la tumba de Moisés.
Este tema del escape de “Jesús de la muerte de la cruz y su regreso a la India”, donde yace la tumba de Moisés, también es abordada en el “Tratado Urdú”, por el fundador santo del movimiento de Ahmadiyya en el Islam, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (1835-1908), el cual es comentado en su prefacio por el paquistaní Vakil-ut-Tabshir, Tahrik-i-Jadid, Rabwah.
En este mismo orden de tema señalan que los nombres Yusu, Yusuf, Yusaasaf, Yuz Asaf, Yuz-Asaph o Issa, Issana, Isa, que aparecen en textos, leyendas y recuerdos cachemires, son traducciones del nombre de Cristo en la Tierra.
¿Hubo dos niños Jesús?
También se refieren al nombre del Nazareno en prefijos toponímicos tales como: Yus-, Ish- o Aish-. Por lo tanto, cuando se habla de Jesús, se puede estar refiriendo a cualquiera de las traducciones de su nombre en las lenguas cachemir, árabe o urdú.
Las antiguas afirmaciones de los “Jesús gemelos” también ha originado una polémica que no tiene principio ni fin y que para muchos raya en la herejía de la fe cristiana, la cual solo reconoce que Jesús es el único hijo de Dios y que resucitó y ascendió a los cielos.
Según la antigua edición No. 17 de la revista “Año Cero”, ésta se pregunta si hubo dos Marías, dos Josés y dos Jesús. Se afirma que el descendiente de Salomón, el Jesús de la pasión y crucifixión nació en Belén y era un niño pleno de sabiduría. El supuesto segundo niño, descendiente de Natán nació en Nazaret.
Este era un niño lleno de luz que no parecía terrenal. Las dos familias habían ascendido a Jerusalén para visitar el templo y misteriosamente los niños se habrían fundido en uno solo. Esta escena del siglo XVI fue representada pictóricamente por Borgognone en un fresco (mural) que se halla en Milán.
También en la fachada de la Catedral de Oviedo se encuentran representados estos dos niños. Igualmente obras de arte de El Greco, Rafael, Correggio, entre otros proyectan a los dos niños.
Según la genealogía de apóstol Mateo, Jesús era descendiente por la vía real de David a través de Salomón. Para el Apóstol Lucas, lo es de David, pero por la vía sacerdotal y mística de Natán. En opinión de Rudolf Steiner hubo dos familias.
Sobre esta materia de la vida desconocida de Jesucristo, numerosos materiales, ensayísticos y esotéricos igualmente comentan sobre “las dos vidas de Jesús”. Unos hablan del Jesús de los evangelios y los otros -que “este Jesús”- fue el “profeta o hijo de buda reencarnado”, que predicó en la India como el “Santo Issa”, o el “Issa-buda”.
Jesús vivió y murió en Cachemira, el libro de Adreas Faber Kaiser
El Libro expone la posibilidad de que Jesús no muriera en la Cruz, sino que una vez curado de las heridas causadas por la crucifixión, emprendiera la huida hacia el Este, en busca de las tribus perdidas de Israel. Jesús habría llegado así a Cachemira, en donde comenzaría una nueva vida y moriría —a edad muy avanzada— de muerte natural. Su tumba se venera hoy en Srinagar, capital de Cachemira.
Además de la tumba própiamente dicha, una serie de nombres toponímicos dan fe en Cachemira del paso de Jesús.
Por otra parte, en Pakistán y a escasos kilómetros de la frontera con Cachemira, se ha localizado la tumba de María, madre de Jesús, quien le habría acompañado en su huida hacia el Este. No soportando las penalidades del viaje, habría muerto en el camino, ya muy cerca del punto de destino.
Existen testimonios que hacen suponer que Jesús eligió este lugar para emprender la segunda etapa de su vida, por cuanto ya habría estado aquí durante los años en que la historia occidental no puede dar fe de sus actividades. Pero sí pueden darla, en cambio, textos históricos localizados en la lamasería tibetana de Lhasa y en la lamasería Hemis, en Ladakh (Cachemira).
Además de las tumbas de Jesús y María, una reducida comunidad judía aislada en la montaña viene custodiando en Cachemira, desde hace 3500 años, la tumba de Moisés, del que igualmente hablan nombres toponímicos, conservándose incluso, allí, la llamada “piedra de Moisés”.
Andreas Faber-Kaiser y Mercedes Castellanos viajaron al norte de la India para recoger testimonios y documentación sobre el terreno, para verterla luego en este libro que dió a conocer a Occidente esta tradición de la vida secreta de Jesús.
Libro polémico desde un principio, Jesús vivió y murió en Cachemira levantó ampollas en los sectores religiosos de la sociedad española de la transición. A la rápida difusión de las primeras ediciones que catapultó el libro a las listas de best-sellers españoles se sumó un eco ámplio del tema en los medios de comunicación, con discusiones del mismo en canales de TV, en espacios radiofónicos y en publicaciones periódicas de varios paises. Un conocido rotativo francés eligió la publicación del libro como muestra de la apertura que se estaba operando en una España que comenzaba a intentar acceder a la democracia.
También se sucedieron las conferencias, y el estudio mereció ser traducido mientras tanto a siete idiomas, y basados en el mismo han aparecido ya diferentes libros de distintos autores, amén de numerosos artículos en publicaciones que van desde los Estados Unidos hasta Australia.
Muy activos se mostraron en su momento y en sus ataques al libro determinados representantes de la comunidad evangélica, que en un intento fulgurante de evitar que alguna de sus ovejas pudiera caer en la tentación de pensar por sí misma, le mascaron solícitamente el alimento del refuerzo de su fé en oportunas y, ¡cómo no!, insultantes conferencias, precedidas por la correspondiente publicidad callejera.
Cabe recordar que el mismo cardenal Gracias Valerian manifestó públicamente su miedo a que se publicaran estos datos. Alguien quiso incluso frenar la publicación del libro amenazando con la excomunión de su autor; otros —muchos— están empeñadaos en saber de buena tinta que Andreas Faber-Kaiser es musulmán, que el libro está patrocinado por los ahmadíyyas, y otras gratuidades por el estilo. Pero como el fanatismo no calcula, todo ello no contribuyó sino a popularizar aun más el libro.»
Veamos una parte del texto de Andreas Faber Kaiser, describiendo los detalles de la tumba:
La tumba que, fue en principio erigida por Tomás sobre el cuerpo de Jesús, en el sitio exacto donde éste expiró, está situada en el distrito Khanyar, en pleno centro de la ciudad de Srinagar, capital de Cachemira.
En la calle puede verse en un poste de tendido eléctrico un cartel azul con la inscripción en blanco “Rozabal”, contracción de las palabas Rauza Bal.
El nombre Rauza se aplica únicamente a tumbas de los profetas, mientras que las tumbas de los santos se llaman Ziarat. El edificio en sí es una construcción rectangular, a la que está adosado un pequeño vestíbulo de entrada.
Detrás del edificio se extiende un camposanto musulmán. Todas las tumbas de este camposanto están orientadas, según la costumbre islámica, de Norte a Sur.
Al penetrar en el Rozabal, se entra primero en una galería, que rodea a la cámara interior. A esta cámara interior se accede a través de un ventana.
A la izquierda de esta ventana está adosado un plafón de madera que sustituye al plafón que llevaba la leyenda original y que ha desaparecido.
El texto de este nuevo plafón encabezado por las palabras “Ziarat Yuza Asaf Khanyar” indica que ahí reposa Yuza Asaf, que llegó al valle de Cachemira muchas centurias antes, y dedicó su vida a la oración y a la prédica de la verdad. Sobre el piso de la cámara interior del edificio se aprecian dos túmulos o losas sepulcrales.
La mayor de ellas, que está situada en la mitad Norte de la cámara, es la que corresponde al sepulcro de Jesús. La losa más pequeña, situada en la parte Sur, o sea contigua a la ventana de comunicación, corresponde a la sepultura de un gran Santo cachemir, Sayyid Nasir-ud-Din.
Estos dos túmulos o losas sepulcrales están también orientadas según la costumbre musulmana de Norte a Sur. Pero la sepultura real de Jesús, situada en la cripta que hay debajo de esta cámara interior del edificio, está orientada de acuerdo con la costumbre judía de Este a Oeste. Según hemos visto, todo este edificio conocido por el nombre de Rozabal ha sido construido sobre el cuerpo de Jesús que yace en su cripta en el lugar y la posición exacta que adoptó al morir.
A la cripta inferior, en la que yace el cuerpo de Jesús, se puede acceder únicamente a través de una escalera desde el exterior del edificio. Hoy , esta escalera está tapiada y sólo queda de la apertura una pequeña rendija que da a la calle situada en el lado Oeste del edificio. Siendo edificio sagrado para musulmanes y también para hindús, para penetrar en él hay que descalzarse previamente. En la cámara interior, los túmulos funerarios de Jesús y de Sayyid Nasir-ud-Din están cubiertos por un armazón de madera artísticamente labrado.
Digamos para finalizar, que entre la gente de Cachemira que visita el lugar y deposita sus ofrendas allí, la tumba es conocida como la de Hazrat Yuz Asaf, o la de Nabi Sahib (el profeta) o Shahazda Nabi (el príncipe profeta), y también como la de Hazrat Isa Sahib (Jesús).
Dice Andreas sobre la muerte de Jesús:
JESÚS NO MURIÓ EN LA CRUZ
Analicemos desde varios ángulos la real probabilidad de que Jesús no muriera en la cruz.
En primer lugar hay que considerar que Jesús no permaneció muchas horas crucificado.
Fue bajado de la cruz en la tarde del mismo día en que le fue dictada y ejecutada la sentencia.
Jesús fue crucificado en un viernes.El sábado es el Sabbath judío.
Esta circunstancia obligaba a bajar el cuerpo de Jesús antes de la caída de la noche, ya que el día judío comenzaba con la entrada de la noche, o sea que el sábado comenzaba a contar a partir de la noche del viernes.
Estaba prohibido, según las leyes judías, dejar colgado en la cruz a un ajusticiado durante el día sagrado del Sabbath. Insisto en que Jesús sólo permaneció en la cruz durante algunas horas, porque se podía vivir durante varios días en esta horrible condición.
El verdadero objeto de la crucifixión no era la muerte inmediata, sino que era una tortura que se prolongaba a lo largo de 3 ó 4 días. Conviene tener presente que si a un crucificado se le bajaba de la cruz a tiempo y se le trataba cuidadosamente, generalmente se recobraba y sobrevivía.
Considérese ahora que Jesús fue crucificado junto con dos malhechores. Los tres, por lo tanto, están sufriendo un mismo suplicio, como leemos en Lucas (23,40) que un ladrón le dice al otro: “¿Tú tampoco temes a Dios, tú que te hallas en un mismo suplicio?”.
Pero resulta que en el
momento de bajarlos de la cruz al mismo tiempo que a Jesús, los dos ladrones siguen con vida, por lo cual los soldados romanos les quiebran las piernas para que acaben de morir. Es improbable que Jesús, habiendo sufrido el mismo suplicio, hubiera muerto ya.
Además Pilato, persona que conocía por experiencia lo que tarda una persona en morir en la cruz, se extrañó de que Jesús hubiera muerto ya.
Cuando José de Arimatea fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús, leemos textualmente en Marco (15,44): “Pilato se extrañó de que hubiera ya muerto”.
También es harto conocido el hecho de que cuando el centurión romano prueba si Jesús está muerto hiriéndole con su lanza en un costado, de la herida fluye agua y sangre. Pero de un cuerpo muerto brotan únicamente algunas gotas de sangre espesa.
El actual descendiente directo de Jesús se llama Basharat Saleem, y asegura poder acreditarlo con documentación en mano.
Fuentes:
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