....a los estudiantes haitianos no les exigen documentos y pagan lo mismo que los dominicanos. (Pedro Vergués Embajador Dominicana)
Lo hemos hecho en base al video original disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=w4lFnuKQPdA .
Por elemental consciencia cívica compartimos aquí una transcripción y traducción al español libre pero con la intención de ser lo más fidedigna posible del discurso del canciller de Haití, Lener Reanuld, en la sesión especial del Consejo Permanente de la OEA el pasado 8 de julio de 2015 para discutir y plantear la posición del Gobierno de Haití ante la situación migratoria entre su Estado y el Estado dominicano. El discurso del canciller dominicano Andrés Navarro una semana antes y la intervención del embajador permanente dominicano Pedro Vergés es por muchos conocidas. Pero ciertamente lo más controversial fueron las dos intervenciones del canciller Reanuld. Al dar seguimiento al evento, nos percatarnos de que se tomó una frase de su discurso (aquella sobre los estudiantes haitianos que estudian en la UASD, principal universidad estatal dominicana) y que la misma fue deformada o mal interpretada por una traducción en vivo errónea y apresurada. Lo peor es que con este insumo errado y falso se ha atizado durante días más y más la discordia, la falta de diálogo constructivo y la falta de comprensión entre ambos Estados, hablando de “ataques” y “mentiras” de “Haití contra República Dominicana en la OEA”, agregando más confusión y malos entendidos, cuyas víctimas son, como siempre, los seres humanos que vagan por el mundo luchando por sobrevivir. Nos sentimos en el deber ciudadano y humano de ayudar a que ello disminuya o se matice conociendo una traducción hecha con detenimiento, pausa, honestidad y la mayor precisión posible para que resplandezca la verdad y se empequeñezca la mentira. Lo hemos hecho en base al vídeo original disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=w4lFnuKQPdA .
A continuación la transcripción y traducción (no oficial) de las dos intervenciones del canciller de Haití, Lener Renauld, en la cual nos hemos permito destacar en “negritas” fragmentos que nos parecen muy destacados para resaltar las claves de su discurso y clarificar temas.
Sesión Especial del Consejo Permanente de la OEA, 8 de julio de 20151 era.
Intervención del Canciller de Haití, Sr. Lener Renauld
Señor Secretario General de la OEA, Señor Presidente del Consejo Permanente, Señoras y Señores Embajadores, Señoras, señores.
Usted me permitirá que, en principio, les presente en nombre del Presidente de la República de Haití, Sr. Michel Joseph Martelly, del Primer Ministro Evans Paul, tanto en mi nombre personal, las más vivas felicitaciones del país a nuestro Embajador Edmond Bocchit acreditado a la OEA por un trabajo bien hecho y asegurarle que la República de Haití, (que él) tiene derecho al agradecimiento del gobierno y del pueblo haitiano entero. Embajador, nuestros agradecimientos.
Señor Secretario General, Señor Presidente del Consejo Permanente, quería presentar muy naturalmente mis agradecimientos más vivos al presidente del Consejo Permanente por haber inscrito mi intervención en el agenda de esta sesión especial, lo que me depara la ocasión de tratar el estado de las relaciones entre la República de Haití y la República Dominicana, específicamente en cuanto a las cuestiones migratorias. Este espacio también me permitirá exponerle sucintamente a esta asamblea la posición del gobierno sobre esta situación por lo menos inquietante entre estos dos Estados que comparten la misma isla. Asimismo, que me esté permitido extenderles mis agradecimientos a los embajadores representantes permanentes de los países amigos de Haití en la Organización de los Estados Americanos por haber respondido a la invitación que les ha sido dirigida. Su participación en número muy grande en esta sesión especial testimonia su sensibilidad con relación al tema que nos reúne pero también y sobre todo de su solidaridad activa hacia el gobierno y el pueblo haitiano.
El hecho migratorio entre la República de Haití y la República Dominicana ha tenido una evolución sin precedentes en los últimos años. Esta evolución se manifestó tanto en el nivel de la dispersión como el nivel de la diversificación de los emigrantes haitianos en los diferentes sectores de actividad de la República Dominicana, así como en el nivel creciente de importancia de los flujos migratorios, tradicionalmente de orientación circular.
La migración haitiana actual es de orientación urbana y muy significativa en los sectores de la construcción y de los servicios en la economía dominicana. Esta nueva realidad motivó a las autoridades migratorias dominicanas adoptar toda una serie de medidas de excepción, entre las que estuvo la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional del 23 de septiembre de 2013, el decreto 327-13 aplicando el Plan Nacional de Regularización de los Extranjeros (el PNRE) que llegó a su plazo el 17 de junio de 2015, y la ley del 21 de mayo de 2014 que establecía un régimen especial para las personas nacidas en territorio dominicano.
Desde el punto de vista técnico-jurídico, la ley establece dos puntos específicos; de un lado, el registro regular de los dominicanos descendientes de extranjeros, especificamos particularmente de haitianos nacidos sobre el territorio dominicano que han sido inscritos de manera irregular en los registros dominicanos. Y del otro, todas las personas de ascendencia extranjera nacidas sobre el territorio dominicano y no inscritas en los registros civiles, que enfrentan la eventualidad de pérdida total y absoluta de su nacionalidad.
No es necesario añadir aquí que esta ley y medidas de excepción generan ipso facto una situación de apatridia que toda la comunidad internacional y regional teme en sumo grado desde mucho tiempo.
Señor Secretario general, Señor Presidente del Consejo Permanente, Señoras y Señores Embajadores, quería señalar la atención de la junta general que ninguna garantía es dada en cuanto a la posibilidad de la obtención de la residencia dominicana o de la aprobación y del tratamiento de la petición de naturalización.
En consecuencia, una persona que vive sobre el territorio dominicano durante un cierto número de años o hasta que ha nacido allí y que solicita la naturalización simplemente corre el riesgo de ser expulsado hacia un país con el cual no tiene ningún lazo. No hay duda que la casi totalidad de las personas afectadas por la ley de aplicación son de ascendencia haitiana.
Frente a este estado de hecho, el gobierno haitiano preocupado de proteger los derechos y los intereses de sus nacionales o de diferentes personas perjudicadas no puede quedarse indiferente. El riesgo es grande para que la República de Haití se encuentre con decenas de miles de dominicanos desnacionalizados. No hay duda que esta ley, si es aplicada en estas condiciones, puede tener consecuencias graves para Haití en particular y para la región en su totalidad.
Fiel a su tradición, la República de Haití reconoce el derecho inalienable de todo Estado de legislar soberanamente sobre todo lo que tiene que ver con la circulación de personas sobre su territorio y de tomar medidas de políticas migratorias considerando sus intereses en un contexto nacional marcado por la expansión del fenómeno del terrorismo, del narcotráfico, la trata de personas y la criminalidad transnacional organizada.
Señor Presidente del Consejo Permanente, Señoras y Señores Embajadores, el Gobierno de la República de Haití, siempre respetuoso de las reglas y de los principios del derecho internacional y de las legislaciones internas de los países amigos que rigen la materia,declara a quien quiere oírle que está dispuesto a acoger en Haití sólo a personas de nacionalidad haitiana que viven en situación irregular no sólo en la República Dominicana sino en cualquier otro país del mundo. Es la posición oficial del gobierno que es inspirada por valores y principios universales del derecho internacional fundados en el reconocimiento y la garantía de los derechos elementales de la persona humana.
El Gobierno de la República de Haití continuará, sin embargo, privilegiando la vía de la negociación con el gobierno de la República Dominicana para encontrar una salida feliz en esta situación. El Gobierno de la República de Haití quiere absolutamente evitar una catástrofe humanitaria que no sólo correría peligro de desestabilizar el país en plena campaña electoral para renovar a su personal político sino que en un plazo podría constituir una amenaza de seguridad regional.
Es teniendo como base las preocupaciones legítimas del Gobierno de la República de Haití, fuertemente apoyadas por la opinión pública nacional, solicita la intervención solidaria de todos los amigos de la comunidad internacional, en particular la del CARICOM, de la ONU y OEA ante las autoridades de la República Dominicana con vistas a un tratamiento más flexible y más humano de este asunto.
Tenemos pleno interés en evitar deportaciones masivas que acabarían en divisiones de familias y separaciones de niños de sus padres. La República Dominicana tiene interés en volver a la mesa de las negociaciones con vistas a concluir un convenio sobre el proceso de repatriación y consecuentemente, de continuar y de contribuir a la estabilización de la isla.
Señor Secretario general, Señor Presidente del Consejo Permanente, Señoras y Señores Embajadores, la República de Haití habla con una sola voz. Se trate del Presidente de la República, de su Primer Ministro o de su Embajador aquí en el OEA, es la voz de la solidaridad a toda prueba con nuestros compatriotas que tienen la culpa sólo de querer trabajar para ganarse su pan cotidiano.
La República de Haití no vino hoy para desgranar su rosario y para gritar “misericordia”. Haití vino para decir a las Américas, en nombre de sus Padres fundadores y en nombre de la simple moral para exhortar a la razón a la República Dominicana.
Señor Presidente del Consejo Permanente, Haití no vino para gritar “misericordia”. Viene simplemente para decir “No” a escenas de familias divididas que recuerdan de manera extraña rebanadas de historia que indignaron la conciencia universal y que la humanidad maldice.
Haití pide que sean respetados los derechos de sus nacionales viviendo en situación migratoria irregular en la República Dominicana y que se encuentran en las obras de construcción, en la industria azucarera, la hotelería y en los campus universitarios. En resumen, mujeres y hombres que contribuyeron y que todavía contribuyen al desarrollo de la República Dominicana.
Señor Presidente del Consejo Permanente, la República de Haití no puede negar que este momento que viven ambos pueblos parece ensombrecerse por tensiones, incertidumbres, miedos y desgraciadamente también por la desesperación que se favorece con todas estas desgracias. Pero Haití sabe también, como cuando todo parece querer separarlos, [ambos pueblos] tienen la obligación de unirse ya que, hijos de la misma isla, estamos condenados a sufrir los mismos malos humores de la naturaleza, conocer los mismos caprichos de los vientos, las mismas cóleras de la tierra pero, tan afortunadamente, compartir el mismo sol, el mismo azul del cielo. Haití y la República Dominicana tienen el deber de perseguir el diálogo iniciado que sólo puede permitir cazar a los fantasmas, frenar los deslizamientos hacia las incomprensiones, los conflictos inútiles, los enfrentamientos gratuitos que pueden sólo trabar la persecución de la felicidad de ambos pueblos. La República de Haití y la República Dominicana saben que están en presencia de dos pueblos hermanos celosos de sus derechos, guardianes de su tierra. No obstante, no hay que equivocarse, porque son los mismos pueblos que supieron apaciguar los sobresaltos de la historia, que siempre encontraron la manera de borrar las huellas de las botas, de reemplazar las cicatrices recíprocas por sonrisas, de poner un bálsamo en las ofensas infligidas.
Señor Presidente del Consejo Permanente, Señoras y Señores Embajadores, es en base a estas consideraciones que pedimos de una parte para frenar lo inaceptable, de otra pedir a la comunidad internacional romper su silencio y solicitar a la República Dominicana insistir en el diálogo con el fin de desplegar un protocolo para arantizar el respeto a los nacionales haitianos que viven en situación migratoria irregular así como los intereses de ambas repúblicas. Señoras y Señores, le agradezco por su atención. Gracias.
Señoras, señores embajadores, en la misma idea, quería decir que la República de Haití se felicita por la intención de la OEA por mandar una misión y -esto muy rápidamente- por mandar una misión a Haití y desde ahora, “bienvenida”. El gobierno haitiano está dispuesto a trabajar con ella para que se encuentre una solución urgente a la situación migratoria deplorable que existe entre Haití y la República Dominicana.
Desea que el CIDH se implique también en la situación recordando los tres principales puntos que hay que resolver: respeto de los humanos derechos, un mecanismo de repatriación y la seguridad de que los ciudadanos extranjeros no sean expulsados hacia Haití.
Le agradezco, Secretario general.
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Participación de embajadores permanentes de diferentes Estados y participación del Embajador Permanente ante la OEA, Sr. Pedro Vergés.
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2da. Intervención y réplica del Canciller de Haití, Sr. Lener Renauld.
Señor Presidente del Consejo Permanente, Señor Secretario General, Señoras y Señores Embajadores.
Seguí con interés la posición del Embajador de la República dominicana.
Y quiero decir hasta ahora la posición del embajador de la República “Hermana”, de la República Dominicana. Desde un inicio dije aquí que tomo la palabra en nombre de las autoridades constituidas de Haití, tanto como decir del Presidente de la República, del Primer ministro y en el nombre del pueblo haitiano.
Usted habló de intelectuales. No hablamos aquí de intelectuales, hablamos de hombres de Estado, hombres que toman responsabilidades por su país, hombres, justamente, que no tienen lenguaje doble. Advierto a todo el mundo aquí que no voy a exponerme a esta escalada de posturas, de toma de palabras.
No quiero aventurarme sobre el mismo terreno en el cual el Ministro Navarro se comprometió con el Embajador Bouchotte, porque era la desmesura.
Pero voy a recordarlos para su edificación, porque no sé, no olvide que compartimos la misma isla, la misma isla, la misma frontera. Cuando el haitiano mira al otro, dice “eh, hermano”. Posiblemente no es el caso para Jamaica que no oye este grito del vecino. Pero yo sé de qué hablo y usted sabe de qué usted habla.
¿Que vine a hacer aquí? No vine para denunciar la República Dominicana. Vine para decir al mundo justamente que la República Dominicana se comprometió en una vía. En una empresa que sólo ella comprende bien. La República de Haití, el mundo entero, se preguntan qué está pasando con la República Dominicana. Y hasta en contra de su voluntad, Sr. Embajador, de la voluntad de la República Dominicana, Haití va a dar toda la medida para que su país no persista en esa línea. Otros lo trataron antes de usted, otros hicieron mucho daño a la humanidad por esta tentativa que usted quiere reiterar, que usted quiere reponer en los ojos del mundo. No, esto no va a pasar.
Le dije simplemente: la posición oficial de la República de Haití es que estamos listos, reconocemos su derecho a aplicar una política migratoria en su casa y nuestra obligación de prestar asistencia a nuestros compatriotas en dificultad. Decimos simplemente que no vamos a aceptar a ciudadanos dominicanos sobre este territorio. Le decimos “O.K.” para devolver haitianos a su casa. Pero esto tiene que ser operado con el reglamento delmodus operandi es decir, este convenio. Este convenio del cual usted sigue insinuando que la República Dominicana es independiente.
Recuerde usted algo: el 6 de junio el canciller Navarro estaba en Haití por invitación mía para discutir justamente sobre este protocolo que introdujimos sobre la mesa, por los intereses de ambos pueblos.
El 6 de enero frente al mundo, frente a las cámaras, su Ministro, su Canciller dijo al mundo “no habrá deportaciones masivas”; que a la fecha del 17 de junio, que marcará el fin de los registros, Haití tendrá 45 días, 45 días justamente para regularizar, para continuar el proceso de regularización. Solamente después de algunas horas, la frontera haitiano-dominicana había sido irrumpida por un flujo masivo de haitianos que pasaron toda su vida “abozando” en su país, que ayudaron justamente a la economía de su país. Ustedes les soltaron sobre la frontera como a perros.
No denunciamos. Vinimos aquí, esto no es en bases de quejas… Si Navarro vino aquí, no es con base de quejas que había introducido aquí la República de Haití. Vino por iniciativa propia, y voy a decirle por qué: vino para jugar el rol del agresor agredido. No dijimos nada. No dijimos nada. Usted habla de cosas, Sr. Embajador, con todo el respeto que le debo, de cosas que usted no sabe.
Usted habló de estudiantes… [se refiere a la afirmación del embajador dominicano de que los estudiantes haitianos en la Universidad Pública UASD son unos 10 mil y que pagan las mismas tarifas que dominicanos] ¿De cuáles estudiantes habla? Que yo sepa, hay sólo una Universidad estatal en la República dominicana (es decir, una sola por la cual no hay que pagar). En su casa, vaya controlar en sus archivos, tenemos más de 30 000 estudiantes allá. ¿Usted sabe cuánto esto le cuesta a una familia haitiana? Cerca de 30 000 dólares americanos el año para sostenerlos en su país. ¿Por qué están allá? ¿Por qué estos gastos de parte de las familias haitianas? Es porque después del terremoto, las infraestructuras universitarias resultaron destruidas totalmente, como nuestro Palacio Nacional fue destruido… Los padres se vieron obligados a enviar a sus niños en otro lugar: la República dominicana, los Estados Unidos de América, Canadá, Francia… Fueron allá. Pero esto no es ayuda que solicitamos a la República Dominicana para que nuestros estudiantes vayan allá.
Usted habló de contenedores [se refiere a la afirmación del embajador dominicano sobre “decenas de miles de contenedores que entran y viajan por autopistas dominicanas hacia Haití sin pagar por ello tasas extras] ¿Contenedores que hacen qué? Contenedores que vienen de la República Dominicana que transportan mercancías porque tenemos relaciones de negocios a la altura de 2 mil millones de dólares al año con la República Dominicana. Dos mil millones de dólares americanos.
¡Le digo que compartimos la misma isla y en nombre de esta insularidad, cuando usted habrá levantado la mirada, usted verá frente a usted la República de Haití o el mar! Cuando la República de Haití levante la mirada, mirará frente a frente la República Dominicana y el mar.
Es por eso que queremos la buena armonía, queremos una armonía entre estos dos pueblos. Queremos esta buena armonía entre dos pueblos y la que, si no me engaño, es la frontera del mundo más tranquila, más armoniosa. Vaya a ver lo que pasa en ciertas fronteras en el mundo.
Posiblemente usted no entendió la significación de la armonía. Ustedes dijeron que ustedes eran independientes y que ustedes tienen el derecho de hacer las cosas como les parece. Voy a decirles una cosa: es allí el fenómeno del lenguaje doble [se refiere a la declaración del embajador Vergés en su turno, cuando dijo que el Estado no va a discutir protocolos sobre el asunto porque ello sería negociar la “política migratoria” y ello es un asunto exclusivamente de soberanía nacional dominicana]
Ustedes saben, queridos amigos, el 6 de junio el Sr. Navarro estaba en Haití. Había hecho unas declaraciones que tranquilizaban a todo el mundo. El 8 de junio nos fuimos a Bruselas. Entonces debo decirles que hasta ahora guardo el recuerdo de que el Sr. Navarro es el prototipo, un prototipo de la conveniencia. Y tengo la impresión de que está entre la espada y la pared. Voy a decirles por qué.
Entonces el 6, el Sr. Navarro -él mismo, tenemos las pruebas, las pruebas- el Sr. Navarro sostuvo, recomendó allí que dos comisiones migratorias debían ser formadas, del lado haitiano como del lado dominicano, para poder abocarse a este protocolo. Era el 6 de junio Sr. Embajador. Era el 6 de junio. Cuatro (4) días después, la Comisión migratoria, la parte haitiana, debía encontrarse en Santo Domingo para discutir con la parte dominicana de este convenio. A mi gran asombro, la Comisión haitiana que ya estaba en la República Dominicana me llama para decirme que la República Dominicana declinó. Dije: “¿Cómo que declinó?”.
Pedí rápidamente un contacto bilateral con Sr. Navarro para decirle, ” Sr. Navarro, escuche, no le comprendo. Ya usted nos aconsejó dos comisiones, la mía ya está en Santo Domingo con el fin de ser recibida por los dominicanos. El Sr. Navarro declaró entonces: “me excuso, mi diligencia para llegar a Bruselas hizo que no pudiera supervisar todo. Yo le prometo que desde que vuelvo a mi país voy a amarrar la comisión y estaremos en Haití”.
Entonces no sé, Sr. Embajador, de quién usted habla cuando, en el marco de este proceso de repatriación, usted habla de independencia. No es de esto que se habla.
La comisión volvió entre tanto a Santo Domingo. Por lo que no tenía ninguna noticia, le escribí al Sr. Navarro para decirle: ” Sr. Canciller, Haití privilegia el diálogo pues esperamos esta comisión”. Me contesta por vía de su embajador, el Sr. Ruben Sillié -si usted habla de intelectuales, un intelectual al que se respeta en Haití, Sr. Ruben Sillié- me escribe para decirme: ” habrá una comisión en Port-au-Prince el 23 de junio”. Pero en la carta, era una trampa, no sé, la carta dice: ” la parte haitiana será recibida en la Embajada de la República Dominicana en Haití…”.
No había una guerra. No había nada en Haití, no sé por qué nos invitó a la Embajada de la República Dominicana en Haití, ya que todas las reuniones se hacían anteriormente en un hotel en Puerto Príncipe. Y en Santo Domingo, era en la Cancillería dominicana. La carta decía también que la comisión se quedará algunas horas, es decir aproximadamente dos horas con la parte haitiana, porque por la tarde tendrá un encuentro con el cuerpo diplomático acreditado en Haití. Entre tanto, Señoras, Señores embajadores, llegaban a la frontera decenas de miles de haitianos, nos llegaban por miles a la frontera.
Le respondí al Sr. Navarro: “estoy de acuerdo con que siga el diálogo pero habrá que explicársenos también por qué estos haitianos nos llegan en masa, contrariamente a lo que usted nos dijo”. Señoras, señores, hasta esta hora, en la espera de esta respuesta estoy… estoy en la espera de esta respuesta. Estoy informado de que Sr. Navarro – a quien de paso saludo- ha estado en todos los organismos internacionales, particularmente aquí y en la ONU, pide audiencia en la GOULAC, pide audiencia en Ginebra. ¿Por qué? No sé ¿Esto es teniendo como base una queja que deposité? No. Yo digo que es el caso del agresor agredido.
Señor, escuche, nuestros conciudadanos están en dificultad. No denunciamos en ninguna parte, sino, que pedimos a que la República Dominicana que se sentara a la mesa y desplegara con nosotros un protocolo. Es lo que dijimos solamente. Dijimos que no íbamos a recibir a dominicanos en Haití. Es lo que dijimos. Entonces, cuando dijimos que no íbamos a recibir dominicanos, hablamos de dominicanos desnacionalizados. Como la República Dominicana, tenemos en nuestra casa nacionales dominicanos que trabajan por todas partes en Haití. Son como nuestros hermanos. Son como nuestras hermanas. Y es por eso que por otra parte llamo al Sr. Navarro afectuosamente ” mi primo”. Y como quiero reiterar en su lugar a usted, Sr. Embajador, diré ” mi primo”.
Entonces, ¿por qué acaso ahora escoge establecer a Haití como pueblo de “parias”? Es porque usted coge mal la historia, Sr. Embajador. Allí, en esta sala donde estamos, en la sala Simón Bolívar, posiblemente por una feliz coincidencia, esta sala de Simón Bolívar, es con Pétion, el presidente de mi país, que ayudó a sembrar la libertad en esta América. Es por eso que en mi discurso dije ” Pueblos de América”. ¿Olvida? ¿Ahora usted se atreve a establecer a Haití como pueblo de “parias”? La historia se le escapa a usted.
Señoras, señores Embajadores, no quiero continuar. No quiero continuar en esa vía. Quiero simplemente reiterar a la comunidad internacional que la esperamos en Haití. La esperamos a pie firme en esta crisis que opone la República Dominicana con la República de Haití de tal manera para que el mundo sea edificado. No inventamos nada. No inventamos nada. Si usted llega a la frontera… No quería decirlo… Es como la “Shoah”… No quería decirlo, es como estas deportaciones hacia los campos de refugiados. Es de esto que se habla, Señor Embajador.
Déjeme usar una frase inglesa para decirle que a pesar de todo “No hard feelings. We are brothers and sisters”. Hermanas y hermanos. Porque estamos condenados a compartir este rincón de tierra, a compartir la misma isla, el mismo azul del cielo, el mismo mar, vivirla juntos. No pedimos favor a la República Dominicana. Ni tampoco vinimos para gritar “Oh, misericordia” en este recinto. Vinimos para reclamar solamente justicia para nuestros hermanos. Vinimos para reclamar justicia para nuestras hermanas.
Figúrese señoras, usted señoras embajadores que una madre obligada a abandonar a su hijo o su hija en alguna parte, que no conoce porque obligada a tomar un autobús para ir hacia un destino desconocido y su hijo se queda en otro lugar o bien dejado en alguna parte por otro. ¿Saben señoras, señores por qué preguntamos este protocolo? Es porque hace una semana nuestro primer ministro casi termina muerto. Estábamos justamente en la Fiesta de Independencia de Canadá en Haití cuando el sonido de alarma nos atrajo hacia el hecho que se nos desembarcaba a la medianoche, 1 de la mañana, haitianos en la frontera. ¿Cómo va ser? Entonces, eso es, es a nosotros quienes no se nos respetan a los derechos humanos.
Saludo la propuesta del Secretario General de enviar una misión a Haití. Usted verá por su propios ojos de lo que se trata para nosotros. Usted verá de qué se trata para nosotros. Gente que está abandonada, que se muere de hambre porque justamente no sabemos que están allí en Haití, pues desembarcan en rincones lejanos donde hasta las malas hierbas tienen dificultad de resistir. Es de esto que se trata.
Sr. Embajador, le recuerdo que usted habla de Haití. Pueblo orgulloso, un país que hizo historia, un país que justamente había mostrado en el mundo cómo leer hoy, cómo comprender los derechos humanos. Martin Luther King anticipadamente, Nelson Mandela anticipadamente, fueron en nuestra casa. Es en nuestra casa que se había alzado todo esto. Por eso en esta galería de héroes usted verá el nombre de Jean Jacques Dessalines, de Pétion al lado de Bolívar, al lado de Maceo. O.k. Por todas partes a través del mundo de las estatuas son erigidas a la memoria de Toussaint Louverture, a la memoria de Alexandre Pétion. Sí, estos hombres, estos hombres, estos hombres. Héroes haitianos que habían hecho guardia y que habían dicho “no” a la colonización de otros países entre los que estaban ciertamente posiblemente el vecino al lado.
Señoras y señores, le agradezco por su atención. Tengan tranquilidad de que no alcé tono. No alcé tono sino quise llevar la palabra al pie de la letra.
Es de esto que se trata. Sr. Embajador de Costa Rica. Usted preguntó “¿En que esto podrá afectar Haití?”. Es a esa pregunta que respondo: Estamos en presencia de una crisis humanitaria. Se dice que los vientres hambrientos no tienen puerta. Haití resiste difícilmente ahora para acompañar el pueblo. Para acompañar las elecciones. Ya súbitamente nos cayó sobre el brazo cerca de 40000, más de 40 000 deportados. Deportados antes de la deportación ya que hasta ahora espero que se llegue a los 45 días para hacer frente efectivamente a la deportación. Pues si, en la medida de la moratoria, ya se comprimió 40000, me pregunto, qué pasará al plazo de los 45 días, al plazo de esta moratoria.
Frente a esta crisis humanitaria, nos exponemos a manifestaciones. Gente que tendría que reclamar que regresen en su casa en la República Dominicana. Gente que tendrá que reivindicar alimento, la gente que tendrá que reivindicar el porqué de su presencia en Haití porque es una tierra que hasta no conocen. En una lengua que hasta no hablan. Le digo que, usted sabe, hay una fórmula que es generalmente admitida; saber que todo lo que se concibe, todo lo que se concibe bien se articula fácilmente. Todo lo que se concibe bien se articula fácilmente.
Resulta que la República Dominicana se empantana en cifras que reconozco que no comprendo o que el mundo no comprende. Y si el mundo había comprendido justamente, la reunión de esta mañana no se habría necesitado. Si el mundo hubiera entendido, posiblemente que los organismos internacionales no tendrían que plantear preguntas. Si el mundo hubiera entendido, posiblemente nuestro secretario general no tendría encontrar este enfoque de mandar una comisión para investigar lo que se está pasando en el sitio mismo.
Sr. Embajador, hasta en contra de su voluntad Haití continuará acompañándole de tal modo que usted no siga cometiendo los mismos errores que otros cometieron en el pasado y no fueron benéficos para la humanidad.
Les agradezco.
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